Poner como título ƒin para estrenarse con un primer disco en largo podría obedecer a un criterio autoconclusivo como si estuviéramos ante un cambio de registro del artista que cierra una etapa de su carrera para iniciar otra. Al ser la obra novel no lo creo pero al nombre de la criatura le añadiría antes un “por”. Y es que prácticamente todos estábamos deseando comprobar de qué pasta está hecho John Talabot al afrontar un reto en forma de álbum. Ya os lo digo yo, pasta ƒina.
Por ƒin este productor, que nos dejó a todos boquiabiertos con cosas como el glorioso E.P Families (Young Turks) o el bello remix del "Cheaters" de Teengirl Fantasy, hace un despliegue de originalidad sonora comprimida en 11 cortes publicados en el sello alemán Permanent vacation que van de un house suave y de tempo lento a un descarado coqueteo con el ambient. Es un trabajo para escuchar más que para bailar, pero eso no es óbice para que existan composiciones que podrían (y deberían) ser pinchadas en los clubs con clientela selecta, musicalmente hablando.
Porque sí amigos, ƒin es un disco que puede desorientar. No sigue un patrón por el que guiarte. Es pura imaginación e inspiración y cuando ambas coinciden no hay que buscar razones y solo disfrutar entre la maraña de sonidos que escupe la mente de JT. “Depak Ine” por ejemplo, es el primer tema y el más largo (más de 7 minutos por los 4-5 de media que tienen el resto). Es una invitación a un mundo de House profundo, lleno de contraluces y vocales fantasmagóricamente cinceladas. Opresivo y oscuro al comienzo para abrir una tonalidad de grises sin llegar al blanco total en ningún momento. Y de ahí pasamos al segundo corte con “Destiny” (primera de las dos colaboraciones con Pional) con un toque de house esponjoso y pop. El tercer track es “El Oeste”, un tema de unos 3 minutos justos de sonido ambiental con un halo de suspense que flota constantemente en el aire por las melodías emanadas de los sintetizadores. Los tres primeros temas y tres conceptos distintos.
En “Oro y Sangre” combina gritos de pánico y melodías alegres en un nu-house con deja-vu ochenteros. Bipolaridad sonora pura y dura. Luego encontramos un Talabot más positivo en “The Journey”. Una base juguetona y llena de texturas desde los breaks hasta los bajos donde Ekhi de Delorean aporta la voz. Y así se vuelve a evocar tonos más lacónicos y profundos con “Missing You”.
La épica tiene cabida en el exótico “Last Land” con un uso de las cuerdas propio de clímax final de una película de Aronofsky (y no sé por qué me viene a la mente La fuente de la vida). Así que Darren, si Clint Mansell te falla date un garbeo por Barna. “Estiu” por su parte es un oasis de calidez y un tiempo muerto entre tanta intensidad, curiosamente puede ser el corte más anodino por su poca evolución. Y en esas irrumpe la marchosa y progresiva “When the past was present” para encarar la recta ƒinal. Antes del colofón tenemos “Horse” la última capa de sonido ambiental y atmosférico del mundo Talabot.
Y la guinda llega con “So will be now” la segunda colaboración con el madrileño Pional. Se trata de la producción más directa a la pista de baila porque bebe directamente del house noventero de Chicago, con línea de bajo gruesa y acidorra incluida.
En definitiva, tenemos un disco algo complicado en una primera escucha por la forma desordenada y propia de un brainstorm de encajar las piezas. Pero en cada escucha, el original y único universo Talabot te seduce más y más, que esto no es poco. Aunque eso sí, el de Hivern Discs nos deja con la sensación que podía haber incluido un tema que nos dejara a todos con cara de asombro. Que va a ser uno de los discos del año: ¡SÍ!. Que echo en falta una matrícula de honor (como nos ha acostumbrado en anteriores E.P´s) entre tanto sobresaliente y notable alto: también. Quizá se la esté reservando para posteriores trabajos. Y es que ƒin solo es el principio del comienzo.
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