Klubbers Day 2012: Viernes 16

Fritz Kalkbrenner se estrenó en Madrid, Nina Kraviz nos enamoró, un Mulero entonado, un Ryan Elliott embrutecido y un back to back de Dettmann y Klock que la pista no asimiló

Una nueva edición de Klubbers Day en el Madrid Arena y van siete. Su video-flyer recurría al número de la buena suerte. El que suscribe no cree en la suerte y sí en el trabajo y el esfuerzo por conformar un cartel a la altura y en eso sí que los asistentes hemos sido afortunados. Pero es momento de centrarnos en la primera jornada que a pesar de ser la que menos afluencia de público tuvo (dos zonas cerradas y aún así más de 7.000 personas acudieron) y los problemas de sonido y actitud de la pista de baile de la zona principal -de lo que ya hablaré más adelante- fue la noche de las sorpresas positivas.


La hoja de ruta de esta noche se dividía entre el área technera del Madrid Arena (la zona principal) y el Arena Club (zona intermedia del recinto) con algún escarceo a la Basement que finalmente no se produjo. Tras una caótico proceso de acreditación por parte de la organización al formarse una cola sin sentido por todos aquellos que tenían entradas anticipadas y no debían pasar previamente por taquilla- y tras una vuelta de reconocimiento por el recinto- todo comenzó en la pista principal.

Ahí estaba Tobias y su live calentando una inmensa zona desértica. Y allí se plantó Fritz Kalkbrenner ataviado con su camisa de leñador para desarrollar un directo basado su álbum Here Today Gone Tomorrow. La pista dejó de estar desértica para estar semi-desértica, solo los más fans del alemán copaban las primeras filas y lo daban todo. Pocos/as pero muy entregados. Sí, el "Tito Liberto" tiene fortuna... Y así fue soltando temas como “Kings in Exile”.


Si hay algo que diferencia a Fritz de Paul en cabina es que aunque ambos viven y sienten lo que hacen el pequeño se centra en su mundo sin hacer ningún gesto de cara a la galería o concesión al público. Él solo mira a su laptop, su cerveza y su pitillo, quizá alguna mirada furtiva a la gente pero es mucho más frío que su hermano mayor. Al menos enlaza todos sus temas. Y con “Right In The Dark” (que no cantó pero sí tarareaba para sí mismo) y “Grove” se vivieron los mejores momentos de su directo.


Y digo mejores porque la locura se desató con “Wes” (no solo de un L.P vive el hombre) y “Amy Was a Player”. Así encaraba la recta final de su directo con una pista mucho más llena más por las horas que eran y por los seguidores de Óscar Mulero que deseaban más dureza y menos epicidad.


Entre loas fue recibido Óscar Mulero y como no es lo mismo sentir a la gente desde cabina que desde la misma pista de baile bajamos para vivir el set del maestro madrileño. ¡Y buenas noticias! Está recuperando poco a poco su vigorosidad de siempre. Mucho se le ha criticado por su salto al digital, una decisión que él mismo tardó dos años en madurar y otros dos de adaptación, porque seamos francos, el primer año del de Warm-Up con ordenador era Mulero con gaseosa. Pero se ve que el Mulero digital vuelve a parecerse en crudeza al Mulero analógico El propio artista ha reconocido en su página de Facebook que notó un ambiente frío, o al menos él lo sintió así. Con lo que me explico un momento de bombo por bombo para animalar a la gente y buscar una reacción. Y quizá tenga razón con su visión desde el escenario, la mía a pie de pista fue otra. La gente más cercana a las primeras filas lo vivía, según te ibas alejando todo era más desangelado. Un factor importante puede ser el poco sonido del lugar porque apenas hubo presión en dicha zona durante toda la primera jornada de Klubbers.

Llegó el momento de ver a Nina Kraviz y comprobar (sí, es muy guapa) si su hype está justificado o no. Llegamos puntuales al Arena Club y no estaba en cabina. Continuaba Ryan Elliott y la idea de la cancelación/retraso/adelanto empezó a correr por nuestra mente. Pero toda parte mala tiene su lado positivo y ese fue el propio Elliott. Tremendo set el suyo. Brutal. Combinó muy bien dureza con diversión soltando algún corte del “Waves” de Heiko Laux por ejemplo. Hubo una pequeña escapada a la principal para ver a un Dj Rush desquitado del schranz y dando dosis de groove de techno clásico pero Elliot estaba tan entonado que la vuelta para ver su final de set era cuasi-obligada.


Y ya sin importar a quién ver y a quién no, apareció por cabina Nina Kraviz. La de Siberia como productora y cantante es dulce, sensual y profunda. En directo es un terremoto y pura energía. Su talento no se le puede discutir. Discurso potente y acidorro, el deep ya lo dejaremos para otra ocasión porque empezar con cosas de Mike Dunn es para alborotar al personal. Nadie paraba quieto y menos la propia dj. Marcaba el ritmo, bailaba, hacía pequeñas correcciones en la mezcla sobre la marcha, improvisaba, rebuscaba los temas,… En definitiva era un set real. No había mucho calculado (con dos momentos que la vi de indecisión al seleccionar) y todo fluía. Fue natural y nos lo hizo pasar en grande. Podía haberme quedado en cabina y babear, pero era mucho mejor bailarla con el resto de la gente. Triunfadora de la noche sin discusión.


Para acabar la noche qué mejor que con Ben Klock y Marcel Dettamann en un back to back en la zona principal. Los residentes de Berghain, dueños y señores del sello Osgut Ton estuvieron sublimes (al igual que en su visita a Stardust en spetiembre) pero la frialdad del ambiente la que se quejó Mulero fue mucho más patente con los alemanes. Con ellos sí que la gente bailaba como un todo en forma de péndulo. Un alto porcentaje de los asistentes no tendrían ni idea de a quién estaban viendo y no entendieron ese techno mental oscuro y de catacumba en un espacio tan grande y luminoso (además que el sonido no acompañaba). Por cada tres que levantaba los brazos sintiendo la música había siete que se movían por pura inercia. Handicap muy alto. Una pena porque disfrutar de estos dos señores en Madrid siempre es un lujo.


Al cierre no nos quedamos. Había que guardar fuerzas para la siguiente jornada con uno de los platos fuertes. El live de Carl Craig como 69.

Lo mejor: NINA KRAVIZ (y la zona Arena Club en general), Marcel Dettmann y Ben Klock, la entrega de la primera fila que veía a Fritz Kalkbrenner

Lo peor: El sonido flojo de la principal que quizá influyó en la frialdad del ambiente… el caos para recoger la acreditación de prensa.

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Fotos y videos: Electrónica & Roll
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